La campaña de maíz 2022/23 alcanzó los 10,5 millones de hectáreas sembradas (SIMA), de las cuales más del 60% correspondieron a siembras tardías. La opción de elegir híbridos de ciclo corto ante unas condiciones ambientales que no permitieron la siembra de primera es una opción cada vez más elegida por los productores. Cuando atrasamos la fecha de siembra, debemos ajustar ciertos puntos del manejo para explorar el mayor potencial del cultivo según cada ambiente.
Siempre es importante establecer un rendimiento objetivo según el ambiente y planificar la fertilización con base en el mismo. La fertilización nitrogenada cumple un rol fundamental en reducir la brecha entre el rendimiento real y el alcanzable. El nitrógeno participa en la división celular, siendo clave en el crecimiento, la síntesis de proteínas y en toda la actividad metabólica. Su deficiencia provoca reducciones severas en el desarrollo, básicamente por una menor tasa de crecimiento y expansión foliar que reducen la captación de la radiación.
La recomendación siempre es realizar análisis de suelo para conocer la oferta disponible, complementando con una buena fertilización de base con fuentes eficientes, e ir realizando calibraciones locales por ambiente a través de fertilizaciones foliares para asegurar la disponibilidad del nutriente en los momentos de mayor requerimiento.
La fertilización foliar marca la diferencia
Cuando buscamos asegurar la oferta de nutrientes, especialmente cuando no podemos depender de las lluvias, la fertilización foliar es claramente la herramienta que nos permite proveerlos de manera eficiente. Es una herramienta eficaz para superar limitantes del suelo y corregir eventuales deficiencias de corto plazo, y en momentos clave de alta demanda. Como beneficio indirecto, permite la optimización de costos gracias a su compatibilidad con herbicidas, fungicidas e insecticidas.
Hoy existen fertilizantes que incorporan nanotecnologías en su formulación, ofreciendo importantes ventajas sobre las formulaciones tradicionales. Gracias al tamaño menor de las nanopartículas, la penetración por aperturas estomáticas puede incrementar la actividad metabólica celular, logrando así promover el crecimiento y rendimiento de los cultivos de una manera más efectiva que los fertilizantes tradicionales. Así, se logra mayor eficiencia y velocidad en la incorporación de los nutrientes al cultivo, incrementando el rendimiento de manera sustentable y reduciendo el impacto ambiental. Las nanopartículas logran mejorar la sanidad de las plantas, minimizar la pérdida de fertilizantes, evitando efectos de volatilización o lixiviación, e incrementan los rindes con el adecuado aporte de nutrientes.
Otro beneficio de la nanotecnología es la de permitir utilizar dosis muy reducidas (2 L/ha) y con una velocidad de absorción mayor y perdurable, simplificando el manejo y optimizando costos operativos.
El MIST-N®, es una suspensión de nanopartículas minerales, con una elevada concentración de nitrógeno (14.5%), azufre (2,5%), calcio (6,5%) y magnesio (1,5%). Como fertilizante líquido, puede ser aplicado por pulverización a partir del estadio V4 sobre el maíz, sin inducir estrés en la planta ni generar daños por fitotoxicidad. Al ser una fuente de alta pureza, cuenta con la practicidad de requerir bajas dosis respecto a otras alternativas, permitiendo optimizar la logística. Lo novedoso de esta tecnología es que el aporte de nanominerales de distinta naturaleza tiene impacto no solo en el rendimiento sino también en la sanidad del cultivo.
El momento también importa
Si bien el maíz necesita grandes cantidades de N, hay momentos específicos en donde asegurar su disponibilidad marca una diferencia en los rendimientos buscados. Las etapas más importantes para absorción de nutrientes en el maíz son durante el estiramiento del tallo, desde el estadio V6 alcanzando altas tasas de absorción hasta floración. Durante estas etapas vegetativas intermedias (V6-V10), se comienzan a diferenciar distintos órganos de la planta, y el meristema apical está próximo a la superficie.
Algunos especialistas determinan que el maíz toma cerca de la mitad del suministro de N entre las etapas V8 y VT, un periodo que puede durar sólo 30 días. Por lo tanto, proveer N de fuentes eficientes durante este periodo es una meta clave en el manejo del cultivo.
Preferentemente, la fertilización nitrogenada debería dividirse en tres momentos, aprovechando operaciones específicas del cultivo para no agregar costos adicionales de aplicación. Un 1.º momento es a la siembra o previo a esta, donde una aplicación de urea garantice parte de la demanda del cultivo. La 2.ª aplicación se recomienda antes del máximo crecimiento vegetativo o fase exponencial, alrededor de seis hojas completamente expandidas (V-6 a V-7), y una 3.º aplicación, debería realizarse previo o durante la floración, para maximizar la absorción de N durante la formación y llenado de granos, aumentando así el contenido de proteína y carbohidratos.
Resultados a campo
Un ensayo realizado durante la campaña 22/23 en la localidad de 9 de Julio, Pcia de Bs. As., con el híbrido Next 22.6 PWU, determinó los beneficios de la aplicación foliar complementaria de Mist N en V6.
El tratamiento testigo recibió 100 kg DAP en la siembra + 100 kg urea en V2-V3 + 100 kg urea en V6. El tratamiento con Mist N, recibió 100 kg DAP en la siembra + 100 kg urea en V2-V3 + una aplicación de 4 lts/ha de Mist N. Los resultados demostraron un aumento en el rendimiento sobre el “testigo productor” de +1326kg/ha cuando se realizaron aplicaciones de nanofertilizantes foliares nitrogenados (Mist N) en V6.
Kioshi Stone desarrolló la línea Mist, una serie de productos innovadores en formato dispersión, compuesta con partículas nano minerales de alta pureza. Sus distintas formulaciones permiten abordar soluciones específicas con dosis de fácil manejo para una gran cantidad de cultivos.
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